jueves, 11 de agosto de 2016

TALLER INTERGENERACIONAL

    
   Trabajar desde la perspectiva intergeneracional persigue como objetivo, el intercambio, la cooperación y el beneficio mutuo. Y hoy, en nuestro taller intergeneracional, podemos decir que lo hemos conseguido.

    Nuestros adultos mayores han tenido la posibilidad de dar y recibir. Dar o más bien, “darse” a conocer a los más pequeños, que les ha permitido sentirse útiles y valiosos, compartir su historia y su presente, como un bien valioso para ellos.

    Han recibido atención y afecto, además de ser contagiados de la alegría y dinamismo de los más pequeños.




    El juego compartido los ha transportado a su infancia, donde no disponían de valiosos juguetes ni altas tecnologías, pero por suerte, una infancia cargada de canciones y de cuentos (la muñeca del vestido azul, el patio de mi casa, Susanita tiene un ratón, al pasar la barca, el lobo y los tres cerditos, la caperucita roja…) una larga lista de melodías y cuentos que los pequeños cantaban y recitaban a la perfección. Un maravilloso denominador común que jamás debería perderse. 





    Al establecerse una dualidad en la que ambas partes se enriquecen, los más pequeños han pasado una jornada muy divertida. A través de los juegos en nuestra piscina, las canciones de ayer y de hoy y los cuentacuentos, han descubierto la identidad, las costumbres, los pensamientos, la personalidad, y en definitiva, la sabiduría de los abuelos.

    Con la experiencia de hoy, los pequeños han sido capaces de mostrar a los abuelos las fortalezas que estos tienen, y casi sin darnos cuenta, han incrementado la confianza de estos en sus capacidades.

Y sin ser el objetivo principal  hemos contribuido a la conciliación de la vida familiar y laboral, con una maravillosa jornada entre trabajadores y sus hijos. 



Sihan
Licenciada en Psicóloga
Grupo La Alfaguara

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